Argentina, Uruguay, Israel y Tailandia reabrieron este lunes, primero de noviembre, sus fronteras al turismo mundial, al tiempo que Australia comenzó a hacerlo gradualmente, para permitir el tránsito internacional de sus ciudadanos.
Al igual que ocurrió en el resto del mundo, todas las naciones sufrieron fuertes reveses en la industria de viajes y turismo, que es vital para sus economías. El objetivo ahora es intentar recuperar el terreno perdido.
Argentina abraza al turismo internacional
La oficialización, por parte del Gobierno argentino, de la apertura total de sus fronteras al turismo internacional fue celebrada por los operadores del país suramericano, que durante el 2020 perdió más de 3.000 millones de dólares procedentes de esta industria, por cuenta de la pandemia.
Esta iniciativa supone la culminación del “plan de apertura progresiva y cuidada de actividades” en Argentina, un país que lleva más de veinte semanas consecutivas con cifras bajas de casos y muertes por covid-19.
El presidente de la Federación de Cámaras de Turismo de Argentina (Fedecatur), Héctor Viñuales, afirmó que la llegada de turistas extranjeros supondrá no sólo “más ingresos” para el sector, “sino cubrir parte de los pasivos” generados durante la pandemia y, pasado un tiempo, generar los “excedentes para poder invertir”.
“El turismo extranjero le da ese plus económico a nuestro país en materia turística que no te lo da otros segmentos de esta actividad”, reconoció Viñuales por videoconferencia.
En los últimos meses, el sector turístico comenzó a recuperar su dinamismo gracias al empuje del mercado interno, animado especialmente por el Previaje, un plan de créditos impulsado por el Gobierno que ha beneficiado a más de un millón y medio de personas este año. Ahora los operadores turísticos esperan con los brazos abiertos la llegada de turistas extranjeros, cuyo gasto promedio en dólares era “siete veces” superior al del turista nacional antes de la pandemia.
Así lo manifestó Héctor Viñuales, agregando que, en esta primera etapa de aperturas, los dos principales emisores de turistas hacia Argentina serán Brasil y Chile, países con los que ya se trabajaba en una “experiencia piloto” de turismo seguro.
De hecho, uno de los grandes atractivos de Argentina es que se trata de un destino “realmente barato” en América Latina, debido a la devaluación de la moneda local: al principio de la pandemia, un dólar estadounidense se cambiaba por 85,5 pesos argentinos en el mercado informal de divisas; hoy, un dólar en ese mercado equivale a 195 pesos. “Los destinos turísticos van a ser grandes centros comerciales”, pronosticó Viñuales. En esta línea, el Banco Central argentino resolvió el jueves pasado habilitar la posibilidad de que los turistas extranjeros abran una caja de ahorro bimonetaria (dólares estadounidenses y pesos argentinos) para los gastos durante su visita, una medida pensada para aliviar las tensiones cambiarias del país suramericano.
Uruguay, de vuelta tras casi 20 meses de cierre
Uruguay también abrió este lunes sus fronteras al ” turismo sano”, como lo calificó el subsecretario de Turismo, Remo Monzeglio, después de casi 20 meses de cierre por la pandemia de la covid-19.
Monzeglio acudió a primera hora del lunes al Aeropuerto Internacional de Carrasco, en las afueras de Montevideo, para dar la bienvenida a los primeros viajeros internacionales que arriban a Uruguay, previo esquema de vacunación completo y test PCR negativo.
“El mundo hoy nos está mirando como uno de los países que puede recibir turismo sano y, como tal, vamos a estar a la altura de esas expectativas”, explicó Monzeglio, quien insistió en que la entrada de los viajeros internacionales será “ordenada y metódica” para no “poner en riesgo” la seguridad alcanzada por el país en la pandemia.
El número dos de Turismo dijo ante la prensa que “la particularidad” de esta reapertura es que se da “en condiciones muy especiales, que son estrictas, pero dan seguridad”.
“No olvidemos que países que dependían mucho del turismo tuvieron que dar marcha atrás. En ese aspecto no queremos, no podemos, no debemos improvisar”, argumentó Monzeglio, quien estuvo acompañado por la patronal del sector.
El decreto emitido el pasado jueves por el Ejecutivo habilita a entrar a todos los extranjeros con el esquema completo de vacunación -ya sea de una o dos dosis-, un test PCR negativo hecho en las 72 horas previas al arribo y una declaración jurada presentada vía web. Pese a que los turistas no deben guardar cuarentena al llegar, sí tendrán que someterse a otra PCR siete días después del ingreso.
Desde marzo de 2020, cuando se declaró la emergencia sanitaria por la covid-19, Uruguay mantenía cerradas sus fronteras y únicamente se permitía el ingreso a uruguayos y residentes, así como a foráneos con autorización especial (por motivos diplomáticos, familiares o laborales, entre otros) y, desde el 1 de septiembre, a quienes tuvieran propiedades en el país.
Israel recibe a turistas vacunados, con PCR y cuarentena
Por primera vez desde el inicio de la pandemia, en marzo de 2020, Israel abrió sus fronteras a turistas vacunados o recuperados de Covid-19 con la esperanza de reflotar un sector clave para el país, y en particular para Jerusalén, donde más del 30 por ciento de su economía depende del turismo extranjero.
El turista deberá haber recibido la segunda dosis de alguna de las vacunas aprobadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) o una dosis de refuerzo en los seis meses previos a la entrada a Israel, un requisito que impedirá una avalancha inicial de viajeros.
Aquellos que se hayan recuperado de covid-19 en los últimos seis meses podrán entrar con una sola dosis. Todo viajero deberá mostrar una prueba PCR negativa, practicada en las 72 horas previas al vuelo, y someterse a otra a su llegada al aeropuerto en Israel y permanecer las primeras 24 horas en cuarentena hasta tener el resultado negativo de la segunda PCR.
Además, los turistas vacunados con la Sputnik deberán someterse a un test serológico para corroborar su nivel de anticuerpos.
Tailandia espera a turistas vacunados de 62 países
Decenas de miles de visitantes son esperados esta semana en Bangkok y la isla de Phuket, ante la reapertura de la industria turística de Tailandia después de 18 meses de restricciones por covid-19.
La pandemia azotó la economía del país asiático, dependiente del turismo, que el año pasado tuvo sus peores resultados desde la crisis financiera asiática de 1997, con una caída de más de 80 por ciento en la llegada de visitantes.
Las autoridades tailandesas autorizaron la llegada de turistas vacunados de 62 países (incluidos España, Chile, Estados Unidos, China e India) considerados de bajo riesgo y sin necesidad de cuarentena, todo un alivio para el sector.
El aeropuerto Suvarnabhumi de Bangkok y la terminal internacional de la isla de Phuket son los primeros en recibir visitantes bajo las nuevas reglas, y el resto del país seguirá después.
Tailandia espera atraer a los viajeros que huyen del invierno boreal en diciembre, con varios países europeos y Estados Unidos en la lista de los aprobados. “Lo más importante que el gobierno y yo estamos pensando ahora es que la vida de las personas vuelva a la normalidad”, dijo el viernes el primer ministro Prayut Chan-O-Cha.
El turismo representa cerca de un quinto de la economía tailandesa, y el impacto de la pandemia estremeció a varios sectores, como restaurantes y transporte.
Las autoridades esperan que de 10 a 15 millones de visitantes regresen el próximo año, aportando ingresos previstos en más de 30.000 millones de dólares. “En 2023 creemos que los ingresos serán similares a los de 2019”, anticipó el ministro de Turismo, Pipat Ratchakitprakarn.
Pero representantes del sector son menos optimistas, especialmente porque China, principal fuente de turistas en Tailandia, aun exige una cuarentena estricta para quienes regresan a ese país.
Tailandia registra cerca de 10.000 contagios diarios de Covid-19, y solo el 40 por ciento de su población ha recibido dos dosis de la vacuna. En la capital, Bangkok, la tasa de doble vacunación es más elevada, de cerca del 80 por ciento.
Australia se reabre parcialmente al mundo
Australia, que aplicó uno de los cierres de fronteras más estrictos del mundo contra el covid-19, autorizó desde este lunes la entrada y salida del país a sus ciudadanos y residentes permanentes vacunados contra el virus, lo que permitirá el regreso de miles de nacionales en el extranjero.
La reapertura parcial de fronteras, que el país cerró en marzo del 2020 y que prohibía a sus propios ciudadanos abandonar el territorio nacional, comenzó desde ayer en Sídney, capital de Nueva Gales del Sur, y Melbourne, capital de Victoria, mientras que aún tendrá que esperar en el resto de jurisdicciones que conforma el país.
Estas dos ciudades, las más pobladas de Australia y que aglutinan alrededor del 40 por ciento del total de 25 millones de habitantes del país, llega después de que alcanzaran la marca del 80 porciento de la vacunación completa de la población objetivo.
Desde temprano, centenares de ciudadanos y residentes permanentes australianos, así como sus familiares cercanos, muchos de ellos sin poder entrar a Australia durante los casi 600 días que duró este aislamiento del mundo, fueron los protagonistas de emotivas escenas en el aeropuerto de Sídney.
Los pasajeros y sus seres queridos se dieron abrazos y besos, lloraron y rieron, gritaron de euforia para volverse a abrazar en medio de enjambres de periodistas y fotógrafos y arropados por los carteles que decían: “Bienvenido a casa”.
“Había mucha gente en el avión que tenía a algún ser querido a punto de morir esta semana, así que para ellos el haber podido salir del avión para ir a verlos inmediatamente ha sido emocionante”, declaró Carly Boyd, quien llegó a Sídney procedente de Nueva York, a la cadena pública ABC.
La reapertura también autoriza a los australianos y residentes a viajar fuera del país, a través de Sídney y Melbourne, por primera vez desde que fuera declara la pandemia, si bien antes había un puñado de excepciones de salida.
Con información de EFE y AFP