El Sanatorio Durán es ahora un parque recreativo y anteriormente fue un sanatorio para albergar y tratar a pacientes que padecían tuberculosis, también llamada plaga blanca.
El Sanatorio Potrero Cerrado de Oreamuno más conocido como El Sanatorio, El Sanatorio Durán, Sanatorio Carlos Durán Cartín entre otros, era un sanatorio con todos los atributos de una clínica de primer mundo equipada para albergar alrededor de 300 pacientes en la zona de Cartago, Costa Rica.
Dicho Sanatorio se encuentra ubicado entre las zonas de tierra blanca de Cartago Oreamuno y Potrero Cerrado. Es una antigua propiedad a 7 km al norte de la ciudad antes mencionada y a unos 18 kilómetros al sureste del volcán Irazú.

Actividad paranormal en el Sanatorio Durán
Dentro del Sanatorio Durán, se observa la misma actividad que otras estructuras antiguas alrededor del planeta donde las personas que las ocuparon sufrieron algún tipo de angustia y fallecieron, diferentes leyendas urbanas sobre acciones paranormales se han acreditado a esta estructura golpeada por el clima.
En conjunto, esta vez, el Sanatorio Durán ha guardado numerosos secretos que lo han convertido en un lugar aburrido y alarmante, que atrae a numerosos individuos interesados en este tipo de signos desconcertantes.
En su época como clínica médica, más de un prisionero dijo que hacia la noche, un devoto piadoso fantasma vendría a curar a los debilitados de la cama consistente. Otra leyenda dice que en el Sanatorio durante las noches frías y aburridas, se escuchaban los gemidos de los aniquilados.
También se dice que dos monjas aparecen en los pasillos, que vinieron a la mente y ofrecen ayuda a los hospitalizados. Unos pocos grupos han anunciado que dentro del viejo Sanatorio sienten brisas heladas y de la presencia de la aparición de una joven dama.

Además, dicen haber visto dos figuras, parecidas a sombras, que permanecen cerca de las gradas, o en una de las pequeñas salas que hay allí.
Sanatorio Durán en el cine
Una película costarricense de Miguel Gómez entregada el 29 de octubre de 2010, presentó como trama a la leyenda metropolitana detrás del Sanatorio Durán, con su película comparativamente denominada El Sanatorio, utilizando la estrategia cinematográfica del falso documental.
En él, un encuentro de jóvenes que necesitan hacer una película casera sobre el sitio y el secreto que se esconde detrás de él, encuentran amenazas y son asaltados por los religiosos reclusos del sanatorio y los diferentes espíritus que lo poseen.
Todo se cuenta desde una perspectiva cómica y espantosa, que abordan muy bien el choteo costarricense, la manera en que se cuentan constantemente historias de acontecimientos paranormales.
Con un toque específico de sátira en Costa Rica, y la manera en que los furiosos responden de los costarricenses en circunstancias que los alarman o desconciertan.