Tras meses de luchar contra la epidemia, los países asiáticos paulatinamente se reintegran a un nuevo panorama. Su experiencia será de utilidad para encarar y comenzar a planear la recuperación de la industria turística y de otras
de este lado del mundo.
Algunos de ellos han creado campañas para motivar a los demás países a seguir luchando, donde el mensaje es que unidos lograremos salir adelante.
Una de las estrategias más recurrentes y que seguramente vendrá con más fuerza, será la colaboración entre destinos para la reactivar la promoción en conjunto. Además de las alianzas entre el sector privado y el gobierno de cada país para sumarse a una intensa labor de reactivación a través de organismos de difusión.
Cuando el confinamiento termine, las ganas innatas del ser humano por descubrir su entorno lo llevarán a viajar. Eso sí, con suma precaución. Para ello, los viajeros necesitarán tener la confianza y seguridad que el riesgo de contagio en el destino es mínimo, por lo que los destinos tendrán que ofrecer información actualizada sobre la situación.
En caso de llegar a través de transporte aéreo o terrestre, los prestadores de servicios deberán compartir las medidas de sanitización necesarias empleadas y al mismo tiempo para que el pasajero contribuya a salvaguardar la sana distancia. Para el alojamiento, desde antes el viajero ya se habrá informado en el sitio web y redes sociales de las medidas de seguridad e higiene que garantiza en sus instalaciones la propiedad de su elección.
El personal de cualquier proveedor deberá actuar conforme a las normas y políticas establecidas a nivel local por el orden de gobierno y, además, agregar otras implementaciones que esté llevando a cabo como un esfuerzo extra para brindar seguridad a los clientes.
Si bien gran parte de las actividades turísticas y de otras industrias han pausado, es tiempo de trabajar en un plan de recuperación. No es momento de callar, por el contrario, lo mejor es estar más cerca de las audiencias para cultivar la relación, aún en los momentos más difíciles. Esto tendrá un impacto positivo en la reputación de la empresa.
El tono de la comunicación al interior y exterior debe ser empático, cercano y humano, pues muchas personas se ven afectadas por la crisis y se encuentran en la incertidumbre. Por lo que es necesario pensar en sus necesidades. Toda acción que promueva la solidaridad y colaboración es un esfuerzo para traer el bien a la comunidad, un ejemplo claro son los hoteles que brindan alojamiento a personal de salud que lucha contra el coronavirus. Cualquier intento por obtener ventaja de la situación tendrá graves repercusiones en la percepción de las personas.
La industria turística a nivel mundial ha sufrido los efectos directos e indirectos de problemas de su entorno a lo largo de las décadas desde terremotos, tsunamis, huracanes, tornados, ataques terroristas, recesiones globales, epidemias como SARS, la fiebre de las vacas locas, zika, influenza H1N1 y ahora Covid-19. Después de cada uno, se ha levantado y se recuperará a un ritmo diferente en cada región.
México no puede ni sabe estar quieto. Cuando el confinamiento termine, regresaremos todos para levantarnos.