Este 22 de febrero es Miércoles de Ceniza y con ello inicia el tiempo de cuaresmas, un período que preparación de la feligresía católica, para vivir los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en la Semana Santa.
A nivel mundial, los feligreses acuden a las iglesias para la imposición de la cruz de ceniza, tradición se remonta a los primeros años del cristianismo, donde a las personas se colocaban la ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad con un “hábito penitencial” para recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo.
En Guatemala, todas las iglesias católicas celebrarán la misa en conmemoración al Miércoles de Ceniza y cientos de guatemaltecos católicos asisten a la eucaristía para dar inicio al tiempo de preparación.
“Pulvis es et in pulverem reverteris“que significa “polvo eres y en polvo te convertirás”Simboliza la muerte, la humildad y la penitencia; hace conciencia de la nada y de la vanidad de las cosas; también representa la destrucción de los errores del año anterior, al ser quemados. La idea es llegar ‘purificados’ al día más sagrado de la religión, que es el Domingo de Pascua o de Resurrección.
Hoy, Cómplices en Aventura, se trasladó hasta Antigua Guatemala, donde la tradición, fervor y religiosidad que conservan sus habitantes envuelven los visitantes que se dan cita para recorrer sus calles, y visitar los diferentes templos religiosos que evocan un viaje a la época colonial.
¿Qué significa la Cuaresma?
La palabra Cuaresma viene del latín “quadragesima”, que significa período litúrgico de cuarenta días reservado a la preparación de la Pascua de Resurrección. Cuarenta días que hacen alusión a los 40 años que pasó el pueblo de Israel en el desierto con Moisés y los 40 días que pasó Jesús en el desierto antes de iniciar su vida pública.
La ceniza es hecha de los ramos bendecidos el año anterior y se convierte por excelencia en el símbolo católico de entrada al tiempo cuaresmal, que significa despojarse de lo vano y lo superficial y entrar con los pies descalzos en la contemplación del misterio de la salvación.